Ayer se apagaban las luces que han iluminado la primera muestra individual —fuera de su tierra natal— de la excepcional fotógrafa estadounidense Louise Dahl-Wolfe (1895-1989) en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y de la mano de PhotoEspaña.
Desde el pasado mes de junio, la sala Goya del Círculo ha querido rendir tributo a una mujer que destacó por sus fotografías en una época en la que quiénes deslumbraban con sus flashes eran, en su mayoría, hombres. De hecho, Dahl-Wolfe sirvió de inspiración para algunos de ellos como Richard Avedon, quién supo ver en su obra algo más que una fotografía puramente documental.
En la exposición “Con estilo propio, Louise Dahl-Wolfe”, que finalizaba en un principio el 31 de agosto y que ha sido prorrogada hasta ayer mismo, hemos podido admirar las fotografías de moda que la californiana de padres noruegos realizó para la revista Harper’s Bazaar desde 1936 hasta 1958, pero también se ha recogido una muestra de su producción fotográfica en retrato, bodegón y desnudos.
La curiosidad insaciable de Dahl-Wolfe
Con lo que más conseguía saciar su curiosidad esta artista de la cámara (que nunca se consideró como tal) era con los retratos de sociedad. Grandes estrellas del Hollywood más aspiracional, pero también rostros del mundo de la cultura o de la política fueron fotografiados por Dahl-Wolfe. Personalidades como el cineasta Orson Welles, la actriz Marlene Dietrich, el artista Edward Hopper o los mismísimos Kennedy dieron vida a su carrete, sin olvidarnos de que su inspiradora mirada fue la que logró que una jovencísima y bellísima Lauren Bacall saltara al estrellato gracias a una única foto publicada en la portada de Harper’s Bazaar en 1943.
Su carrera fue muy fructífera: publicó más de 600 imágenes a color, más de 3.000 en blanco y negro y fue la autora de 90 portadas en la mejor época de la edición americana de la revista de moda más longeva del mundo.
Destacó especialmente por utilizar la luz natural en la fotografía de moda, abriendo las puertas del estudio y situando a las modelos en espacios naturales. Es lo que se llamó fotografía medioambiental o al aire libre. Su uso del color y su maestría con la composición también contribuyeron a modernizar la fotografía de moda de la época. El haber estudiado diseño, pintura y artes aplicadas en el San Francisco Institute Of Art le permitió marcar la diferencia y le dotó de los conocimientos necesarios para trasladar su mirada particular a un medio como la fotografía.
Otra de las olvidadas de la historia
Sin duda, el nombre de esta fotógrafa no ocupa el lugar que se merece en la historia de la fotografía. Sus imágenes han pasado durante años desapercibidas a la sombra de contemporáneos masculinos como Edward Steichen, Martin Munkasci o Irving Penn. Sin embargo, como adelantaba al comienzo de este post, compañeros como Richard Avedon han reconocido abiertamente haberse inspirado en la obra de Dahl-Wolfe, viéndose claramente la influencia de la americana en las obras de estos contemporáneos.
A pesar de haber retratado a la perfección a través de su objetivo la imagen de una mujer reivindicativa en las décadas de los años treinta, cuarenta y cincuenta; una mujer que comenzaba a ser independiente en la sociedad norteamericana, ella misma afirmaba en alguna ocasión que su nombre no había sido relevante para la historia de la fotografía.
Por inspirarnos y grabar en nuestras retinas imágenes tan bellas, Louise Dahl-Wolfe es una revolucionaria de la fotografía de moda. Poco a poco su obra comienza a ser reivindicada, esperemos que su afirmación se aleje cada día más de la realidad.