Dos de las últimas producciones cinematográficas españolas estrenadas en cines, “El Hoyo” y “Ventajas de viajar en tren”, muestran un nuevo cine español, más arriesgado y creativo, capaz de crear guiones vibrantes y novedosos más allá de la Guerra Civil y de comedias ramplonas. Eso sí, estas pelis sólo son aptas para espectadores intrépidos. ¿Te atreves?
Las últimas ediciones de los festivales de Toronto y Sitges han premiado la película “El Hoyo”, ópera prima del director bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia, con guion de David Desola y Pedro Rivero. En Toronto recibió el Premio del Público, galardón complicado donde los haya, y en Sitges, además de recibir el Premio del Público, ha hecho historia siendo la segunda película española en alzarse con el premio a Mejor Película del festival (la primera fue Justino en 1994 –ex aequo-), sin olvidarnos de los galardones a Mejor Director y Mejores Efectos Especiales. Pero ¿qué tiene “El Hoyo” para ser considerada una especie de renacimiento del cine español?
El Hoyo
“El Hoyo” es una película de ciencia ficción distópica. Imagina el interior de un edificio de hormigón, frío y oscuro. En cada piso se encuentran dos personas, sin nada más que hacer que esperar su ración de comida diaria. Que comas o no, depende del piso en el que te encuentres. Sin embargo, esta situación de desigualdad no despierta la necesidad de crear un sistema “más justo” y equitativo para redistribuir los alimentos.
“El Hoyo” muestra la falta de “solidaridad espontánea” y el individualismo más atroz; quien se siente privilegiado por azar, desprecia y maltrata a quien antes o después estaba o estará en su misma situación.
“Los cambios nunca se producen de forma espontánea; quizás por eso está usted aquí”. Esta frase de la película nos invita a reflexionar sobre la necesidad de que aparezcan “chispas” de solidaridad que saquen a las masas del letargo y la obediencia sistemática.
Lo mejor:
Ser una de las escasas películas de ciencia ficción españolas que han despertado el interés de crítica y público a nivel mundial. ¡Ah! Y el fantástico Iván Massagué, actor protagonista, totalmente alejado de los papeles cómicos a los que nos tiene acostumbrados.
Lo peor:
Si eres aprensivo/a, esta peli te hará apartar la mirada de la pantalla más de una vez. Digamos que la sutileza no es su fuerte. Pero, hay que tener en cuenta que la situación que se aborda es extrema, por lo que, aunque dura, de otra forma no sería verosímil.
El caso es que esta película no está sola. Esta rara avis en el cine patrio viene acompañada de otra cinta tan loca y arriesgada. Hablamos de otra sorprendente película española que se ha colado en la cartelera de las últimas semanas para dejarnos ojipláticos: “Ventajas de viajar en tren”. Esta película supone el debut en largometraje de otro director vasco, Aritz Moreno, con guion de Javier Gullón, basado en la novela de Antonio Orejudo que lleva el mismo nombre.
Ventajas de viajar en tren
A todos nos ha pasado. Te sientas en el tren y tu compañero o compañera de asiento tiene ganas de hablar. Posiblemente, la mayoría de las historias que te han contado al compás de chachachá del tren no te han resultado apasionantes, pero este no en el caso de “Ventajas de viajar en tren”. La película comienza con la situación que hemos descrito, para pasar a desmontar una matrioska de historias inquietantes, delirantes y explosivas. Cada una de las historias tiene su propia identidad, se entremezclan el thriller, la comedia negra y el drama, y en ocasiones parece que las historias se encuentran en alguna estación, para acto seguido volver a separarse.
Viendo la película experimentarás todo tipo de sensaciones: desde la risa hasta la incredulidad, pasando por la rabia y la consternación. El cineasta vasco Aritz Moreno se estrena en el largometraje basándose en la novela de Antonio Orejudo. El resultado es una peli valiente, loca y, sobre todo, libre. Se ha dicho de ella que es un seductor “perro verde” dentro del cine español, que es imprudente e insólita, y no podemos estar más de acuerdo.
Bajo el lema de “La verosimilitud está sobrevalorada”, la muñeca rusa comienza a desplegar sus encantos desde el minuto uno del metraje mediante una sucesión de historias sorprendentes y muy poco convencionales. Una película kamikaze, que no se estrella.
Lo mejor:
Una producción española poco convencional a la que conviene asomarse.
Lo peor:
Espectadores poco acostumbrados/as al riesgo cinematográfico pueden marearse con las curvas que coge este tren de alta velocidad.
La valentía de hacer cine poco convencional en España
El cine de género fantástico no suele tenerlo fácil en la búsqueda de financiación en España. La producción es más amiga de comedias y thrillers que encuentran fácilmente el aplauso masivo del público. En “El Hoyo” y “Ventajas de viajar en tren” encontramos algunas características comunes: directores noveles, fantásticos guiones y producciones casi artesanales en las que todo está cuidado hasta el más mínimo detalle.
Las productoras televisivas, las que se reparten gran parte del pastel de la industria cinematográfica en España, no suelen apostar por producciones arriesgadas que se salen de los cánones establecidos, del “academicismo ramplón” que comentan algunos críticos con acierto. Por ese motivo, el conservadurismo y la falta de riesgo de quien tiene que aflojar la cartera en esto del cine se ha traducido en películas españolas repetitivas y poco inspiradoras.
Pero, se hizo la luz, y esperemos que esta nueva forma de hacer cine nos permita seguir viendo obras con este nivel de calidad, riesgo y creatividad producidas en nuestro país. ¿Estamos ante el nacimiento de un nuevo cine español?
Imagen de portada: Crédito: FilmAffinity
