El dolor, la vergüenza, el miedo e incluso la culpa, son sentimientos comunes en aquellas mujeres que han padecido en su propia piel, en su propia carne y en sus propias entrañas, una violación. A todas y todos nos vienen a la cabeza los últimos casos de violencia sexual de los que se han hecho eco los medios de comunicación: hace apenas una semana en las fiestas de La Mercè en Barcelona o en los últimos San Fermines con la múltiple violación a una chica de 18 años.
La situación en Latinoamérica también es sangrante; de hecho, recientemente, Amnistía Internacional ha presentado un informe que alerta sobre las agresiones sexuales y torturas por parte de la propia Policía a las mujeres en México, país que se lleva la palma en este tipo de delitos. En este informe señalan cómo 72 de 100 mujeres recluidas por delitos federales han vivido violencia sexual entre rejas. Fuera de la cárcel, los casos también se suceden a diario.
Las cifras de violencia sexual contra las mujeres no paran de crecer. Algunos expertos como el médico forense y especialista en violencia de género Miguel Lorente asegura, en declaraciones recientes a El País, que “estamos en la misma situación de violencia machista que en 1997”. En este sentido, cada vez son más numerosas las voces que se alzan en favor de que la Ley integral de violencia de género incluya también la violencia sexual como lo que es: un problema de primer orden.
El Arte como vehículo de denuncia y toma de conciencia
Desde MAV (Mujeres en las Artes Visuales) organizan, de marzo a diciembre de 2016, la Bienal Miradas de Mujeres. Una iniciativa que muestra la actividad creadora de las mujeres y resalta su participación en el sistema del Arte.
Dentro de los diferentes proyectos artísticos seleccionados e invitados y al hilo del tema que nos ocupa, me gustaría destacar el impulsado por la artista canaria de proyección internacional Rosa Mesa. Su proyecto Dark Secret es el grito de guerra necesario para romper el miedo a la denuncia de casos de violencia sexual que como hemos visto, permanecen y aumentan en nuestra sociedad, una sociedad hereditaria de un patriarcado que rehúye poner remedio a esta problemática. ¿Acaso debemos tener miedo a salir a la calle por el simple hecho de ser mujeres? ¿Debemos evitar ir por ciertos lugares a ciertas horas? No permitamos un toque de queda de género en nuestros días.
El proyecto Dark Secret nació en 2015 (bajo el nombre de Trapos Sucios) cuando Rosa Mesa se encargó de recopilar alrededor de 3.000 bragas para sacarlas a la calle en Las Palmas y tenderlas a la vista de todos mediante una cadena humana. Tal y como nos explica la artista en una entrevista concedida a De Culto, esta acción de denuncia ocupando el espacio público provocó: “Empatía, solidaridad e incluso momentos emocionales muy intensos”. Más de 1.000 personas se volcaron en este proyecto en 2015.
“La idea partió de la indignación que me produjo leer este artículo en prensa y darme cuenta de que poco ha cambiado desde mi adolescencia, a pesar de los logros que se han conseguido”, afirma Rosa. Y añade: “Considero que ha habido un deterioro en los derechos de la mujer y en su lucha por la igualdad en nuestro país. En mi obra incluyo temáticas directamente relacionadas con el feminismo que anteriormente, si bien conformaban mi trabajo, no lo hacían de forma tan tajante”.
Rosa Mesa: Considero que ha habido un deterioro en los derechos de la mujer y en su lucha por la igualdad en nuestro país.
Trapos Sucios tiene ahora su segunda parte muy lejos de nuestras fronteras, concretamente en Toronto, Canadá. Ya se ultiman los preparativos para que este sábado, 8 de octubre, el proyecto Dark Secret salga a las calles de una de las principales ciudades canadienses para romper esos oscuros secretos de violencia sexual y visibilizarlos, tenderlos a la vista de todos.
El principal objetivo de este proyecto es que los gobiernos sean más activos en esta lucha, proveer de los medios necesarios y más adecuados para reducir las cifras hasta que no exista ninguna víctima. En esta ocasión, según MAV, 1.890 bragas ocuparán el espacio público, ya que éste es el triste número que representa los asaltos sexuales que han sido denunciados en el conjunto de la provincia canadiense de Ontario en lo que llevamos de año.
Esta intervención artística en el espacio público tendrá lugar en el Gates of Trinity Bellwoods Park de Toronto. Una acción simbólica que hará visible en las calles, lo que tantas veces es un secreto que persiste en el día a día de aquellas mujeres que han padecido una violación.
“Pienso que este tipo de trabajo contribuye a la visualización de una realidad que yo misma creía diferente —afirma la artista—. El dolor de una violación es muy difícil removerlo y a veces, marca la vida de la mujer por décadas. Esta acción es el grito, la denuncia que muchas mujeres por miedo, culpa o vergüenza no pueden realizar”.
Rosa Mesa: El dolor de una violación es muy difícil removerlo y a veces, marca la vida de la mujer por décadas.
Tras Dark Secret, uno de los próximos proyectos de esta artista será Borradas. A través de carteles de “Desaparecida” que remitirán a los transeúntes a una página web, pretende presentar y poner en valor ante la sociedad los grandes logros de una mujer desconocida que ha colaborado intensamente con su comunidad, en este caso Hamilton, Canadá. Esta será la primera acción de un proyecto itinerante. Seguiremos a esta artista muy de cerca…