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8-M, a las mujeres de una familia

8-M, a las mujeres de una familia

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, conmemora la batalla del género femenino por su emancipación, su libertad y su derecho a ser parte de la sociedad en igualdad. Hoy es el tercer 8-M desde la explosión mundial de la cuarta ola del movimiento feminista.

¿Continúa siendo necesario el activismo por esta causa? Violencia de género, asesinatos machistas, violaciones, abusos sexuales, brecha salarial, baja representatividad en puestos directivos, mayor tiempo dedicado a los cuidados y tareas del hogar… Aunque el feminismo en ocasiones también se explica a través de la percepción de las mujeres como ciudadanas de segunda, hay cifras que no aceptan discusión y son demoledoras.

En España crecieron un 17 % los crímenes machistas en 2019, con 55 mujeres asesinadas (1.047 desde 2003, cuando se empezaron a registrar datos). Cada día se interponen 32 denuncias por agresión y abuso sexual. Alrededor del 80 % de este tipo de agresiones se dan en el entorno más cercano de la víctima.

En nuestro país, tan solo el 30 % de mujeres llega a puestos directivos en la empresa privada. La brecha salarial entre hombres y mujeres supera el 20 %. Además, España es el segundo país europeo donde más aumenta esta brecha (en Europa gira alrededor del 15 %). La creación de empleo es inferior para ellas y la tasa de desempleo superior.

El 94 % de las personas que llevan a cabo su actividad profesional a tiempo parcial para cuidar de hijos o familiares enfermos o dependientes son mujeres.

Según el último informe de Científicas en Cifras, las mujeres representan el 31% de los puestos científicos en el sector privado, un 16% en cargos de responsabilidad en universidades públicas.

 

Las reivindicaciones feministas en el 8-M

8-M en Madrid (Almudena y María José Pérez)

La mayor parte de la sociedad no se cansa de explicar que feminismo significa legítimamente la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres, justicia social. El feminismo es el movimiento que exige la posición que merece la mujer en el mundo. El feminismo surge de mujeres valientes y su necesidad revive con fuerza en cada una de ellas cuando se sufre algún tipo de discriminación, comentario machista o acoso por el hecho de ser mujer.

El feminismo es concienciación. El feminismo no olvida aquellos países en los que ser mujer es simplemente una desgracia. En la que la esclavitud sexual, la supeditación al padre y después al marido, la ablación o las prohibiciones que dependen del género están a la orden del día.

El 8-M se conmemora el Día Internacional de la Mujer en más de 170 países. En nuestro país las principales batallas están en la violencia machista, la libertad sexual y la brecha laboral. Alrededor del mundo, ellas reclaman derechos como el aborto, la inclusión justa en el mundo laboral o las protestas contra la barbaridad de asesinatos en lugares como India, Pakistán o México.

El 8-M y el feminismo también se han convertido, en el buen y en el mal sentido, en armas políticas. Obligatoriamente, el triunfo del feminismo pasa por modificaciones en la regulación que aseguren la igualdad y disminuyan delitos contra la mujer y las discriminaciones. Realidades que las mujeres necesitamos ver cumplidas en nuestro presente y futuro, más allá de las buenas palabras en las interminables campañas electorales.

 

A las referentes de una familia

A la que quedó huérfana siendo apenas una niña y empezó a erigir su larga vida con poco en el bolsillo, sin que le faltara humor y buenas palabras hasta el final. A la que sacó adelante a siete hijos y fue una segunda madre para tantos nietos, a los que enseñó los valores del pueblo. A la que se enfrentó a una dura batalla siendo la fuerte de los cuatro, a esa que valora la vida y la familia como ninguna otra.

A la que siempre ayuda, en los peores momentos y en los que hay todo por celebrar. A la que se siente orgullosa de cada pequeño logro, a la que respalda de forma incondicional. A la que la definen comprensión y apoyo. A la enérgica, la que se esfuerza para que un dolor no le pare su día a día.

A la que ha sabido reinventarse. A la que se ha propuesto educar para que sus niños luchen por la igualdad. A la que se emociona por los suyos. A la que ayuda a las mujeres desde el hospital, también a las que otros países castigan con prácticas traumáticas y machistas.

A la que es un modelo a seguir por su seguridad, ambición y modo de ver la vida. A la que es un todoterreno en las aulas y fuera de ellas. A la que cambia sin dudarlo su presente para cimentar un nuevo futuro. A la que ha renunciado a sus raíces para construir desde cero, con fuerza y positivismo. A la que le queda todo por batallar y conseguir.

A Catalina, a Enriqueta y a todas las que vinieron después.

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