Son días raros. El ritmo frenético habitual ha frenado en seco. Los memes más disparatados saltan de un móvil a otro, y el delirio comienza a afectar a muchas cabezas confinadas que, después de reclamar durante tanto tiempo, precisamente eso, tiempo para sí mismas, descubren que han desaprendido lo que hacer con él, si los minutos y las horas no están medidos por las obligaciones, las prisas por coger el metro y los estrictos horarios cotidianos.
Pero no pasa nada, para eso estamos nosotras, que te traemos planazos culturales para hacer el confinamiento más llevadero. Durante estos días, más que nunca, la cultura se convierte en una gran aliada. Hoy te proponemos una visita virtual a una exposición que se te quedará en la retina: la de los maravillosos collages del artista mexicano Ernesto Muñiz.
Ernesto Muñiz, recientemente seleccionado por Netflix para crear la gráfica de la última temporada de la serie Narcos México, es un reconocido artista visual y fotógrafo mexicano, que ha expuesto con éxito alrededor del mundo. Ahora reside en Madrid, donde hemos podido charlar con él sobre un montón de cosas interesantes: la visión mexicana sobre la muerte; cómo encontró su voz artística; la forma en la que una crisis personal y laboral le llevó al collage… Vamos, que no te puedes perder esta entrevista.
Descubre la muestra “Naturaleza Humana”, una exposición en la que el surrealismo, el barroquismo y la cultura pop se montan una orgía de lo más apetecible.
Puedes acceder a la muestra online a través de este enlace.
- Tus collages reflejan diferentes problemáticas latentes en nuestra sociedad, ¿qué terrores humanos son los más recurrentes en tu obra?
Principalmente la muerte, el mayor de los terrores humanos, aunque como mexicano no lo veo como un terror, sino como un fin, algo que celebrar, por eso mi uso de cráneos y esqueletos. También la guerra, el racismo, el clasismo, la enfermedad, el reparto inequitativo de la riqueza… ¡en fin! Ser crítico es parte del artista, pero siempre trato de dejar un rayo de esperanza en mis collages, por más oscuros que sean, por más terrible que sea el tema, siempre aparece alguna luz, algún elemento que nos hace decir: “todo está mal, pero ¡queda una esperanza!”.
- ¿Qué queda en tu obra de tu etapa como artista callejero?
¡Mucho! De entrada, los temas, sigo siendo crítico, quizás no de una manera tan inmediata, pero la crítica permanece. Incluso siempre que viajo a algún lugar, dejo pegado uno o dos collages por las calles. Mi última obra en la calle fue justamente con esto del Coronavirus: una Coronavirgen está pegada por las calles de Madrid.
- ¿Por qué podríamos decir que el collage es un arte atemporal?
Pues no sé si podemos decirlo realmente, porque bueno, partiendo de que el collage se tiene que hacer a base de papel, que surgió en China en el 105 D.C. ;así que, antes de eso no podíamos hablar de un arte hecho a base de papeles. Además, como decía Kandinsky, el arte es hijo de su tiempo. Quizás podría decir que es atemporal (y es una de las cosas que más me gustan del collage) porque se pueden unir papeles de diferentes épocas, un papel de 1900 y uno del 2020. Esa magia de unir tiempos es lo que lo puede hacer atemporal.
- Después de exponer en tu México natal, Estados Unidos y diferentes ciudades europeas, ésta es tu tercera exposición en Madrid. ¿Cómo ha respondido el público madrileño?
Vivo en Madrid desde hace dos años, así que tengo muchos amigos y gente conocida, y estos llevan a sus amigos, por lo que la inauguración fue un éxito, y la gente que tuvo la oportunidad de ir durante los ocho días que estuvo abierta la expo, me hizo llegar muy buenos comentarios. Pero realmente, las ventas se hicieron por internet, a compradores fuera de España: dos se fueron a USA, uno a Londres, y otro a México.
- ¿De qué forma está influyendo España en tu obra (para bien y para mal)?
Influye principalmente en los temas, porque al vivir aquí te empapas de la cultura, de los términos locales, y eso enriquece tu universo e influye en tu trabajo. Ahora uso más detalles españoles, además, en mi trabajo uso muchas revistas y libros, y al vivir aquí encuentro más libros de historia de Madrid, o la Virgen de la Almudena… En fin, libros y revistas muy distintas a los que encuentro en México o Londres donde viví también por un par de años.
- ¿Qué diferencias notas entre la sociedad mexicana y la española respecto a la percepción y “aprecio” por el arte?
Las dos sociedades aprecian mucho el arte, aunque en España tienen más conocimiento de artistas, técnicas e historia del arte; sobre todo, hay un orgullo muy grande por sus artistas. En México somos un poco menos interesados en la historia o movimientos artísticos y apreciamos más a los artistas extranjeros. Una diferencia que me sorprendió mucho es que el mexicano compra más arte por gusto estético, y aquí en Madrid, se compra menos y solo por coleccionistas como inversión.
- El fotoperiodismo ha ocupado gran parte de tu vida profesional. ¿Podemos intuir algunas de las imágenes captadas por el objetivo de tu cámara también en tus collages actuales?
No, muchas veces me han preguntado esto, pero yo empecé en la fotografía siendo muy purista. Como fotoperiodista, mi cámara era solo para registrar lo que veía, y como en ese entonces empecé usando cámara de carrete, tenía que ser a cuadro completo (es decir, editar desde la toma, no en el laboratorio) y con los mínimos retoques. Tenía muy en mi mente que el fotoperiodismo tenía que ser lo más imparcial que se pudiera, y el collage empezó más como una necesidad de expresarme interiormente, lo que siento, no lo que veo. Por eso siempre he marcado una clara diferencia entre la foto y el collage, y no mezclo una con la otra.
- Después de cubrir, como fotoperiodista, momentos tan cruciales de la Historia como el levantamiento del Ejército Zapatista en Chiapas, entre muchos otros acontecimientos que han ocupado portadas de icónicas publicaciones, ¿qué te llevó de la fotografía periodística al collage?
Crisis, una gran crisis personal con mi pareja de ese momento y crisis de trabajo. Acababa de ser despedido del periódico Excelsior, quebrando mi pasión por el fotoperiodismo, desilusionado de los medios. Además, tuve que pelear un poco mi liquidación, por lo que no tenía dinero en ese momento, y lo que tenía a la mano eran todas las revistas donde habían salido mis fotos o los comics que me gustaba leer, y un par de tijeras. Un día, como Forrest Gump, empecé a recortar y no paré durante un buen rato; recortaba todo lo que me llamaba la atención, lo que se me ocurriera… Después de un tiempo, tenía cientos de recortes, y fue cuando empecé a colocarlos para hacer collage. Al principio hice cosas muy gore y sangrientas que terminé destruyendo, pero poco a poco fui encontrando mi voz artística, y cuando ya estuve contento con lo que comunicaba, ¡fue cuando salí a pegar a las calles!
- ¿Cómo describirías el proceso creativo que has seguido en el caso de la muestra “Naturaleza Humana”?
Mi proceso creativo no varía mucho de collage en collage. Normalmente empiezo buscando imágenes en los libros y revistas que tengo en mi estudio. Además, con el tiempo he ido coleccionando papeles que me gustan mucho y me dan ideas para hacer collages; son como esos papeles base desde donde se forma todo: una virgen, un santo, alguna cara que llame la atención, etc. Luego en base a eso busco más papeles, y voy separando los que combinan con los primeros papeles, ya sea por tema, o por color, ya teniendo más o menos una historia y una gama de color, busco más papeles específicamente para completar esos recortes que ya tengo seleccionados, y así van saliendo las historias: los mismos papeles me van diciendo por donde ir y qué otras cosas buscar.
- Por último, ¿qué nuevos proyectos estás preparando y qué nuevas ideas te rondan la cabeza?
Pues por el momento, todos los proyectos están parados. Mi último proyecto, fue el cartel principal para la segunda temporada de la serie Narcos México de Netflix, que acaba de salir en streaming el mes pasado. Pero superando esto, seguiré pegando collages en la calle y continuaré con el arte del papel, haciendo collages cada vez más complicados, con más detalles, más surrealismo, más barroquismo; y todo esto con un toque pop.
